
El Jueves Santo es una de las celebraciones más profundas y significativas de la Semana Santa, marcando el inicio del Triduo Pascual. Este día conmemora la última cena de Jesús con sus discípulos, donde instituyó la Eucaristía y el sacramento del sacerdocio, además de dejar un mensaje esencial: el mandamiento del amor.
¿Qué simboliza el Jueves Santo?
El Jueves Santo nos recuerda la humildad y el amor de Jesús hacia sus discípulos y la humanidad. Durante la Última Cena, Jesús compartió pan y vino, diciendo: “Esto es mi cuerpo… esta es mi sangre”. Así, dio origen al sacramento de la Eucaristía, el centro de la vida cristiana.
Además, Jesús lavó los pies de sus discípulos, un acto que simboliza el servicio y la humildad. Este gesto es recreado en las ceremonias litúrgicas de este día, recordando a los fieles la importancia de servir a los demás con amor desinteresado.
¿Dónde y cómo se originó el Jueves Santo?
El Jueves Santo tiene sus raíces en los relatos bíblicos del Evangelio, que narran los eventos de la Última Cena. En los primeros siglos del cristianismo, esta celebración estaba centrada en la institución de la Eucaristía y la preparación para la Pasión de Cristo.
Con el tiempo, se integraron elementos como la procesión al “Monumento” o altar de la reserva eucarística, donde los fieles acompañan a Jesús en la oración, evocando su agonía en el Huerto de Getsemaní.
¿Cómo se celebra el Jueves Santo en el mundo?
- España y América Latina: Se realizan procesiones solemnes con imágenes de Jesús y los apóstoles, además del rito del lavatorio de pies.
- Italia: Se visitan varias iglesias en una tradición conocida como “las siete iglesias”.
- Filipinas: Los fieles participan en la Adoración al Santísimo Sacramento y en largas oraciones en comunidad.
- Jerusalén: Las ceremonias en el Cenáculo, lugar donde ocurrió la Última Cena, atraen a peregrinos de todo el mundo.
Reflexión sobre el Jueves Santo
El Jueves Santo invita a los fieles a reflexionar sobre el amor y el servicio. Es un momento para recordar que el sacrificio de Jesús no solo fue un acto de redención, sino también un llamado a vivir en solidaridad y humildad.
La noche del Jueves Santo nos recuerda que el verdadero liderazgo radica en servir a los demás y que la fe se fortalece en la comunión con Dios y con los hermanos.